
Muchos ponentes parecen leones enjaulados, moviéndose a ritmo nervioso, cubriendo todo el espacio, hacia adelante y hacia atrás, de izquierda a derecha. Acompañan su discurso de movimientos espasmódicos que distraen y marean a la audiencia. Si lo consigues, te otorgará un gobierno y dominio absolutos sobre el estrado.
¿Has presenciado alguna vez este triste espectáculo? Produce desazón en el espectador. Controlar el movimiento supone todo un desafío.
Mostramos 8 útiles consejos sobre cómo moverse con eficacia sobre el estrado.
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Muévete por el escenario ocasionalmente. Permanece la mayor parte del tiempo en el mismo sitio en una postura cómoda y relajada.
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Cuida de no interponerte ante el haz del proyector ni tropezar. Conviene que organices tu espacio antes de comenzar la presentación.
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Evita movimientos espasmódicos y dar paseos por el escenario, pero cambia de posición. No debes parecer ni una estatua ni una fiera enjaulada.
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Muévete con suavidad.
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Combina desplazamientos hacia delante y hacia atrás. Si la ocasión lo propicia y permite, puedes desplazarte entre los asistentes, como hacían los maestros de escuela.
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Cuando termines un movimiento, recuerda que la posición perfecta. Tras cada desplazamiento, retorna a tu posición natural.
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Siempre que te estés moviendo, has de seguir hablando.
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No mecanices ni memorices tus movimientos. Los mejores movimientos serán aquellos que surjan de una manera natural.