Aprender un idioma, ponerse en forma, cambiar de trabajo, pasar más tiempo con mi familia, … son ejemplos de estos objetivos que todos nos marcamos y que a veces desistimos por la magnitud de la labor.
Fijarse miniobjetivos
Para afrontar esto HABLAMOS del poder de los miniobjetivos.
Todos encontramos problemas ligados a los grandes objetivos ( poco concretos, que requieren de mucho esfuerzo, mal definidos, muy ambiciosos o inalcanzables en plazos muy cortos…) y proponemos sustituirlos por “miniobjetivos” mucho más asequibles y concretos.
Yo creo que siempre hay que tener Macro-objetivos globales en el horizonte. Pero una vez marcados debes centrarte en cómo plasmar en el día a día tus acciones para avanzar hacia la consecución de los objetivos globales. Los miniobjetivos, son más fáciles de conseguir, tu cuerpo y mente se opondrán menos a realizarlos y su consecución te dará ánimos y te permitirá sentirte que vas por buen camino.
” Trabajar y vivir con miniobjetivos es caminar hacia grandes objetivos con pasos más cortos. No importa el tamaño de tus pasos, importa que los des hacia delante.” – Berto Pena (Thinkwasabi)
Por ejemplo si tu objetivo en este año es mejorar tu forma física, márcate como rutinas entrenos cotidianos concretos como 1 jornada de estiramientos, 1 jornada con 5 km ….
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