Existen algunas estrategias que puedes usar para sacarle el máximo provecho al inicio de tus días.
- Administra tu energía, no tu tiempo. Muchas veces escuchamos aquello de «tienes que organizarte el tiempo». Sin embargo, estábamos equivocados. Hay que administrar la energía; pues de nada sirve tener 100 cosas que hacer si no tienes fuerzas.Así que piensa: ¿Qué tipo de energía tienes en la mañana? ¿Qué tarea se ajusta mejor a esa energía?
- Prepárate la noche anterior. Es recomendable usar algunos minutos de cada noche para organizar los pendientes del día siguiente. De esta forma, solo tardarás 10 minutos la noche anterior y te ahorrarás 3 horas la mañana siguiente.
- No abras tu mail hasta la tarde. Suena un tanto raro, pero nadie lo hace. Es algo complicado de hacer ya que todos sentimos la mala necesidad de tener todo en orden. Nadie envía un email en caso de emergencia, sino te llamaría.
- Aparta tu teléfono móvil . Pon tu teléfono fuera de tu vista. Esto elimina la necesidad de revisar mensajes, whatsaps,…
- Trabaja en un espacio fresco. Trabajar en un lugar donde haga mucho calor y en el que se concentre el aire es perjudicial para tu concentración. Disminuye la temperatura para aumentar el enfoque tanto de la mente, como del cuerpo.
- Aprende a respirar. Tu cerebro necesita oxígeno para funcionar. Cuando pasas mucho tiempo sentado trabajando frente a un ordenador, tu pecho está en una postura colapsada y tu diafragma aprieta la parte inferior de tus pulmones, lo que dificulta la respiración profunda. Siéntate derecho y levántate seguido, así podrás respirar mejor. Como resultado, tu cerebro recibirá más oxígeno e incrementará tu concentración.
Pero sobretodo, no te preocupes porque un día no suene el despertador y hagas todo al revés. Lo importante no es como empieces, sino cómo acabes el día.